.
Un sueño le envolvió. Como la más cálida de las mantas, arropando cada una de sus más que apreciables sonrisas nocturnas. Así es, se despertaba y notaba que había estado muy cómodamente arropado. Por primera vez en años, hasta tuvo aquella sensación de haber sido otra vez…
.
…aquel niño que llevaba dentro. Y despertó.
.
.
.
.
.
.
.
Que ternura este niño!
Y el niño que todavía sobrevive en cada uno de nosotros no desearía lo mismo?
Deseos de muchas mantas , querido amigo!
Volver a ser niño, esa sensación tan placentera y preciosa.
Buenos días y buenos besos.