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Tic Tac…
el ocho de marzo de 2012 publicaba aquel haiku que me sedujo en el tiempo. Hoy más de dos años después, y tras haber vivido intensamente, lo vuelvo a traer convencido que aquel reloj analógico era de los que había que darle cuerda a diario… Al fin y al cabo, a veces todo se disuelve en una única fórmula matemática.
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Qué ocurre cuando te olvidas de hacerlo…?
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